jueves, 7 de febrero de 2013

SALVO ALGUNAS COSAS


La vida no existe.

Hoy toca ponerse boina, comer regaliz rojo y escribir una entrada que hable sobre la vida y la muerte, sobre si hay vida después de morir o antes de nacer, o, sobre si hay vida.

Sin cielos ni infiernos, sin magia potagia ni violines imaginarios, tan sólo ciencia, una vez leí que la magia es solo la ciencia que no entendemos. Así lo concibo yo.

Y hablando de ciencia, de nuevo, nos encontramos con la física, todo es física, cuántica, imaginaria, o como en este caso, mística.

¿Qué es la física mística? Básicamente nada, básicamente todo, básicamente es un estado cuántico que me permite explicar porque no existe la vida, ni antes de nacer, ni después de morir, ni durante el tiempo en el que estamos vivos.

Para entender la física mística debemos tener claros tan solos dos leves conceptos, un principio, el de incertidumbre de Heisenberg, y un gato, del que desconozco la raza pero sé el nombre de su dueño, Schödinger.

No pienso exponer ni debatir estos conceptos aquí y ahora, lo más práctico será añadir un par de enlaces, no obstante y a modo de resumen, por el simple hecho de observar cambiamos lo observado y un gato encerrado dentro de una caja esta, a la vez, vivo y muerto, en la superposición de esos dos estados.

http://www.ciencia-ficcion.com/glosario/p/prinince.htm

http://centros5.pntic.mec.es/ies.victoria.kent/Rincon-C/Curiosid/Rc-31/RC-31.htm

Postulo que aquello a lo que denominamos vida es, tan solo, el más burdo y quimérico engaño jamás contado.

Todo es energía, en la dualidad de la materia lo único real es la energía, y esta, ni se crea ni se destruye, solo se transforma. La vida es tan solo una percepción, nuestra pauta energética existe fuera de los conceptos de espacio y tiempo.

Cada átomo del universo es una caja Schödinger, lo que genera infinitas posibilidades, infinitos universos, y, a la vez, ninguno.

Entonces ¿que experimentamos cada mañana?

Atardecer en mi mundo
Cuando nos miramos en el espejo, cuando cruzamos la calle, cuando el viento nos despeina una sonrisa... percepción. Nuestra pauta energética percibe otras pautas energéticas y, al observarnos, generamos universos físicos.

Nada existe mientras no observemos, ni la calle, ni los árboles, ni este blog, ni tu ni yo somos reales hasta que nos percibimos, no existo para verte existo porque me ves. Cada vez que abrimos los ojos generamos un universo que destruimos al pestañear... sobra decir que cada uno genera infinitos universos sesgados por su propia pauta energética.

Ahora me doy cuento del gran engaño que supone que, a veces, me sienta acompañado estando solo  en un número indeterminado de mundos, de lugares, de espacios por mi generados… o será que no lo estoy, que inevitablemente, al cruzarse nuestras pautas nuestros mundos, lugares, espacios confluyen, se entremezclan, interactúan, interfieren generando una infinidad de compartidos universos.

Volviendo al tema central de esta entrada, la vida, que ocurre cuando nacemos y cuando morimos.

Al nacer, simplemente otras pautas energéticas, a las que con posterioridad denominaremos padres, nos enseñan el camino de la percepción, nos enseñan a observar, nos enseñan a abrir los ojos y construir mundos.

Al morir, pagamos el desgate energético de haber sido arquitectos, perdemos la facultad de percibir y el mundo se acaba, es nuestro último universo el que perece.

Por último, no encuentro ningún motivo por el cual una pauta energética no pueda volver a percibir,  aunque seguramente no todas sean capaces de hacerlo.

Con esto, llegamos al final de este boceto de la física mística.

Re-Scriptum

Algún día lo entenderemos, todo está conectado…
todo interactúa…
todo interfiere…
todo cambia...

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