miércoles, 27 de marzo de 2013

El mundo de los no vivos


La tierra es un cementerio lleno de personas vivas que murieron, algunas hace años, otras ayer, mañana... los no-zombis, los vivientes fallecidos.

Personas que una vez tuvimos algo y lo perdimos todo.

De cerca

Porque todo, tu forma de besar, esa infantil mirada, los atardeceres que la fotografía de la habitación del fondo me recuerda... porque todo lo que perdimos era lo que nos daba la vida.

Porque no era la luz del sol la que me iluminaba, sino la manera en que la reflejabas.

Porque no respiraba otro aire que no fuera el que tu exhalaras (buscando algún perdido pedacino tuyo).

Porque seguimos respirando, pero ya, ni las gotas de lluvia alivian nuestra deshidratada piel ni la cerveza empaña los cristales del alma.

Y alrededor de todo, paisajes que pasan, olas que rompen en la orilla, gente viva que ríe, nubes, claros, noches y días.

Y en medio de todo el no-zombi, inmóvil, muerto, “parado frente al mar mientras mientras el mundo gira” (Francisco M. Ortega Palomares; Ideario) mirando la vida pasar.

Cuesta entender que de la quietud nace el movimiento, de la mansedumbre la rebeldía y de la muerte la vida, cuesta entender, que cuando estas perdido dentro de ti, pararse sea la mejor manera de avanzar.

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